LA POÉTICA DE LA ESCORIA
Por Eloisa Otero
Crónica de la presentación en Astorga de ‘Valle durmiente’, el nuevo y reciente libro “doble” del poetaVíctor M. Díez, editado por Marciano Sonoro Ediciones. La editora Cristina Pimentel tocó la trompa acompañando la lectura del poeta durante la presentación, en la que intervino el periodista salmantino Antonio Marcos, autor del prólogo.
Víctor M. Díez presentaba este sábado en la Casa Panero (de Astorga) su libro ‘Valle durmiente’, con el que la editorial Marciano Sonoro amplía el ámbito de sus publicaciones, ya que en su comienzo tenía una intención solamente local.
El editor, Jesús Palmero, definió al autor como “agitador cultural” de la ciudad de león. ‘Valle durmiente’, dijo, “consiste en una obra de teatro y un poemario, que surgen juntos”. El libro aborda temas muy actuales como son la la despoblación, el fin de unos modos de vida. etcétera.
El poemario lleva por título: ‘Vida en la reserva’, y la obra teatral, ‘Aquí en la tierra’. El nexo común que une ambas piezas es la muerte del padre del autor. Ese fallecimiento del padre quisiera alertarnos también de lo que con él muere, la muerte de lo rural.
El prologuista de la obra, Antonio Marcos, salmantino, de la misma estirpe que Víctor, y agitador cultural, dijo que al leer el libro le surgieron unas ideas. “Sabía ya que Víctor era un poeta muy atento a los sonidos, al cómo se habla, huyendo de las cosas vacías, y de la superficie”. Más curioso es que dijera que “Víctor ha progresado desde el oído a la boca”. “A través de su implicación en proyectos musicales de improvisación y otros proyectos teatrales, su poesía ha ido tomando cada vez un lado más escénico, más performático, sin perder nunca la esencia de la búsqueda constante de algo revelador a través de lenguaje”, aseguró Marcos, para quien en esta obra “vienen muy bien ensamblados el teatro dialogado con los poemas”.
Marcos manifestó que ahora que se habla de la España vacía o de la España vaciada, “el libro vendría a desvelar que las cosas no se vacían porque sí. Este libro, sin que tenga ese asunto como tema explícito, tiene una vertiente política importante”.
En el prólogo, ha apuntado que podría definir la poesía de Víctor M Diez como “la poética de la escoria, los restos de lo que va quedando y de cómo Víctor va uniendo fragmentos, esquirlas, cosas que se quedan como olvidadas y que si nadie nos dijera que han estado ahí y que han tenido un significado corremos el riesgo de olvidarlas definitivamente, y ese es otro de los muchos valores que tiene el libro”.
Por último Víctor leyó alguno de sus poemas y un breve fragmento de la obra teatral, acompañado por la interpretación musical de la trompa a cargo de Cristina Pimentel.
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